Para empezar debo decir que los 9
partidos de sanción internacional no me parecen injustos. Por muchas opciones
que haya de que el uruguayo fiche por el Barça, la realidad es que morder a un
adversario durante un partido, y que sea la tercera vez que lo haces durante tu
carrera es un hecho lo suficientemente grave como para justificar tal sanción.
Eso sí, hasta aquí. ¿Qué mierda
es esa de estar 4 meses alejado del mundo del fútbol? No puede ni acercarse a
un campo a entrenar!!! Definitivamente nos hemos vuelto locos. Además, lo peor
de todo es que sea precisamente la FIFA, la organización más descaradamente
putrefacta y corrupta que existe en el mundo, la que vaya dando lecciones de
moralidad con el tema. Con la que tienen liada con el mundial de Qatar...